ATALAYA TEATRO, La moral de los bandidos
AUTOR : Bertolt Brecht.
Palacio Valdés y Jovellanos.
"La ópera de tres centavos, (...) es un intento para contrarrestar la total idiotez de la ópera, que a mi juicio es mucho más estúpida que la opereta, más divorciada de la realidad y de alcances muy inferiores". Con estas notas en torno a su estreno en 1928, Brecht deja clara su valoración de la ópera, reafirmando su interés por otras manifestaciones de teatro musical a las que recurrió a lo largo de toda su producción teatral: la opereta, el music-hall o el cabaret.
The Beggar´s Opera (Opera para Mendigos) de John Gay, que en la Inglaterra de 1728 sería una parodia del teatro de Haendel, le sirvió a Brecht para reescribir la suya con la misma historia, incluído el final feliz y grotesco, en el que se salva de la horca al ladronzuelo Mackie Navaja .
Además de las lógicas modificaciones en la dramaturgia y el lenguaje, el autor alemán introduce unas canciones distanciadoras en las que apunta reflexiones sobre lo que se está viendo y cuyas músicas, como el resto de la partitura, son de su colaborador Kurt Weil, interpretadas en directo por siete músicos, muy implicados en la función.
La propuesta de Atalaya Teatro, se basa fundamentalmente en el trabajo actoral. Los veinte personajes originales --mas tres coros de putas, policías y mendigos-- son reducidos a quince, interpretados por cuatro actrices y tres actores extraordinarios y capaces de tomar las formas y expresiones necesarias para que la historia se desarrolle con la claridad, el ritmo y la tensión requerida. La expresividad interpretativa con la que Atalaya enfrenta este montaje, sintoniza a la perfección con lo grotesco de la historia, insistiendo en su comicidad y acercándolo a nuestros esperpentos : deliciosos hijos teatrales de nuestras farsas de siempre, de los graciosos y de los apartes de nuestros clásicos.
Tradición teatral que para sí la quisiera aquel Brecht que iba abandonando su expresionismo inicial, para adentrarse en los caminos del didactismo, obligado por la historia y la eficacia antifascista, a costa de la teatralidad de sus obras. Un telón americano transparente, diez estructuras de tubo -semejantes a somieres con patas- y unas telas y ropas, le fue suficiente a Atalaya Teatro, para poner de pie esta magnífica y complicada función.
BONI ORTIZ
Palacio Valdés y Jovellanos.
"La ópera de tres centavos, (...) es un intento para contrarrestar la total idiotez de la ópera, que a mi juicio es mucho más estúpida que la opereta, más divorciada de la realidad y de alcances muy inferiores". Con estas notas en torno a su estreno en 1928, Brecht deja clara su valoración de la ópera, reafirmando su interés por otras manifestaciones de teatro musical a las que recurrió a lo largo de toda su producción teatral: la opereta, el music-hall o el cabaret.
The Beggar´s Opera (Opera para Mendigos) de John Gay, que en la Inglaterra de 1728 sería una parodia del teatro de Haendel, le sirvió a Brecht para reescribir la suya con la misma historia, incluído el final feliz y grotesco, en el que se salva de la horca al ladronzuelo Mackie Navaja .
Además de las lógicas modificaciones en la dramaturgia y el lenguaje, el autor alemán introduce unas canciones distanciadoras en las que apunta reflexiones sobre lo que se está viendo y cuyas músicas, como el resto de la partitura, son de su colaborador Kurt Weil, interpretadas en directo por siete músicos, muy implicados en la función.
La propuesta de Atalaya Teatro, se basa fundamentalmente en el trabajo actoral. Los veinte personajes originales --mas tres coros de putas, policías y mendigos-- son reducidos a quince, interpretados por cuatro actrices y tres actores extraordinarios y capaces de tomar las formas y expresiones necesarias para que la historia se desarrolle con la claridad, el ritmo y la tensión requerida. La expresividad interpretativa con la que Atalaya enfrenta este montaje, sintoniza a la perfección con lo grotesco de la historia, insistiendo en su comicidad y acercándolo a nuestros esperpentos : deliciosos hijos teatrales de nuestras farsas de siempre, de los graciosos y de los apartes de nuestros clásicos.
Tradición teatral que para sí la quisiera aquel Brecht que iba abandonando su expresionismo inicial, para adentrarse en los caminos del didactismo, obligado por la historia y la eficacia antifascista, a costa de la teatralidad de sus obras. Un telón americano transparente, diez estructuras de tubo -semejantes a somieres con patas- y unas telas y ropas, le fue suficiente a Atalaya Teatro, para poner de pie esta magnífica y complicada función.
BONI ORTIZ
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La ópera de tres centavos fue estrenada en el Teatro Schiffbauerdamm de Berlín en 1928, bajo la dirección de Theo Mackeben. Se basa en La ópera del pordiosero (The Beggar's Opera), compuesta por John Gay en 1728. Está ambientada en el Londres suburbano, pero expone la corrupción política y social de la Alemania de los años 20. Tiene un gran coro, además de incorporar elementos del ragtime, la ópera, el jazz y el tango. El autor y el dramaturgo Brecht utilizan una comunicación directa con el público que, aunque tiene sus orígenes en el cabaret, se utiliza aquí para expresar valores intelectuales y didácticos.
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